martes, 8 de enero de 2019

Fatmagül, 5 razones por las que marcó un antes y un después

Fatmagül, Beren Saat, Engin Akyürek

Hace un año que Fatmagül se estrenó en España y el hecho de que recordemos perfectamente esa fecha es el mejor indicador de la relevancia que tuvo en la audiencia. Fatmagül fue uno de los grandes fenómenos de la televisión de este país en 2018. Veamos algunas razones

La primera turca


Fatmagül fue la primera telenovela turca que se estrenó en España por lo que tenía un reto complicado. Le tocó ser la punta de lanza de este tipo de producciones, pero cumplió con creces su cometido al convertirse en la mejor embajadora del audiovisual turco.

Detrás de ella llegaron Amor de contrabando (Kara Para Ask), Ezel, Kara Sevda y Sila, provocando que 2018 se convirtiese en el año del desembarco turco en España. Y parece que 2019 seguirá con esa tendencia vistos algunos anuncios que se han ido avanzando de series que estarían por llegar.

Éxito de audiencia


Fatmagül tuvo unos excelentes datos de audiencia en su estreno y esas cifras no hicieron más que mantenerse e, incluso, incrementarse. Recordemos que su capítulo final fue visto por 854.000 espectadores, un 6,2% de share, lo que la convirtió en una de las telenovelas más vistas de la historia de Nova. Fatmagül gustó y mucho.

Otra forma de contar historias


La historia de Fatmagül es dura, complicada de ver en algunos momentos y, por lo tanto, también difícil de contar. La lucha de una mujer víctima de una violación grupal por hacer justicia consiguió desde el minuto uno la solidaridad de toda la audiencia.

Sin embargo, el apartado romántico pudo haber supuesto una barrera. El romance de la víctima con uno de sus victimarios (aunque su papel fuera secundario) sigue siendo aún difícil de entender para quienes no vivieron la evolución de la historia.

Y ese es uno de los grandes méritos de Fatmagül. Mostró que una historia, por muy inverosímil que pueda parecer, bien gestionada, bien contada, bien organizada, bien detallada, puede llegar a parecer creíble.

Pero, sobre todo y por encima de todo, puso en la pantalla el drama que viven, cada día, muchas mujeres. Demasiadas.

Un nuevo mundo


Fatmagül también nos abrió las puertas a un nuevo mundo. A las tradiciones, costumbres y hábitos de Turquía.

Descubrimos (con horror) la importancia que aún se le da al “honor” en determinadas situaciones, pero también averiguamos su gusto por el té, su costumbre de calzarse y descalzarse cada vez que se entra en una casa, su respetuoso saludo a los mayores besándoles la mano... Nos adentramos en la emoción exótica de la noche de henna y fuimos testigos de los mil y un detalles que se caracterizan las bodas turcas.

Al mismo tiempo también sentimos la emoción que consigue transmitir la música turca. Aún sin entender ni una palabra (los subtítulos de las canciones siguen siendo una asignatura pendiente en la emisión de estas producciones), éramos capaces de intuir a la perfección qué se nos quería decir.

La llegada de nuevas estrellas


Fatmagül también ha convertido en cotidianos nuevos nombres que antes parecían impronunciables. Hace un año casi había que deletrear los nombres de los protagonistas, pero a día de hoy ya los escribimos o mencionamos sin trabarnos en una sola letra. Beren Saat y Engin Akyürek se han convertido ya en dos estrellas más de las pantallas españolas.

Ella consiguió conmovernos y emocionarnos tanto que en las redes se pide con insistencia la emisión de nuevas series protagonizadas por ella. Por su lado, Engin Akyürek consiguió ser uno de los protagonistas del año al estar presente en nuestras pantallas ininterrumpidamente desde los primeros días del año cuando lo conocimos como Kerim Ilgaz en Fatmagül hasta casi finales de diciembre cuando despedimos al capitán Omar Demir de Amor de contrabando (Kara Para Ask).

Por estas y por otras muchas razones, Fatmagül marcó un antes y un después.

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