Cuando ‘Amor de contrabando’ (‘Kara Para Ask’) se estrenó en España tenía ante sí un reto complicado. Por una parte, le tocó sustituir a ‘Fatmagül’, que fue un auténtico fenómeno de audiencia en la TDT. Por otra parte, le correspondía la delicada tarea de confirmar que el éxito de las producciones turcas en España no había sido fruto de la casualidad, sino que era un desembarco con espíritu de permanencia.
Ahora que ha terminado puede decirse que ha cumplido más que dignamente ambos retos. Tal vez no se pueda hablar de fenómeno, pero hay que recordar que ‘Amor de contrabando’ tuvo que lidiar con el bajo consumo de televisión en los meses de verano. Aún así, consiguió mantenerse prácticamente en casi todas sus emisiones en el top ten de lo más visto. Es más, en su recta final alcanzó muy buenas cifras tanto en número de espectadores como de share. Veamos algunas de las claves por las que ha gustado tanto ‘Amor de contrabando’.
¡¡OJO: SPOILERS!!
Engin Akyürek, el mejor embajador turco
Durante la promoción de ‘Amor de contrabando’, Nova insistió en que era una historia “del mismo protagonista de ‘Fatmagül’”. Y, la verdad es que Engin Akyürek puede estar orgulloso de haber conseguido que estos dos trabajos que ha protagonizado hayan gustado y mucho en España. Pero, sobre todo, hay que reconocer el mérito de un actor que ha conseguido que en un mismo año nos ha convencido y conquistado con dos personajes tan distintos porque Kerim Ilgaz y Omar Demir no tienen nada que ver.
El capitán Omar Demir ha sido el gran héroe de la historia. El héroe que ayuda a la protagonista femenina a resolver todos los problemas en los que está involucrada. El héroe que ayuda a todos cuantos lo necesitan. El héroe que es capaz de olvidar sus vínculos familiares para hacer justicia.
Pero Omar Demir no sólo nos conquistó con su traje de superhéroe. También nos convenció cuando se mostró vulnerable. Cuando lloró ante la tumba de su novia al comprender que era una desconocida para él. Cuando se derrumbó al descubrir que el asesino al que perseguía desde el minuto uno era sangre de su sangre. Cuando prefirió quedar como el malo de la historia ante su prometida cuando comprendió que tal vez ella nunca le perdonaría los pecados de su familia.
A cualquier galán de telenovela es muy complicado encontrarle defectos porque están diseñados para ser amados casi incondicionalmente por el público. Pero Omar Demir también ha tenido sombras. Era un policía recto y profesional, pero tenía tendencia a dejarse llevar por el lado oscuro cuando se veían implicadas personas a las que quería. Él mismo reconoce que cuando estaban implicadas personas a las que quería no era capaz de ser objetivo. Es más, casi al final vemos la peor cara del capitán. Una secuencia que nunca imaginamos presenciar. Una escena en la que parecía que todo cuanto sabíamos de él había sido una alucinación. Sin embargo, ese momento que tanto nos impactó sólo consigue humanizarlo.
El capitán Omar Demir tuvo momentos de gran heroísmo, nos hizo creer en la existencia de superhéroes y príncipes azules, pero, a fin de cuentas, no dejaba de ser un hombre, que comete errores, que se equivoca, que, a veces, no ordena bien sus prioridades, que no es capaz de pensar con claridad cuando sus sentimientos se ven implicados. Quizá esa sea la magia del personaje al que ha dado vida Engin Akyürek. Que tiene muchas luces, grandes méritos, increíbles cualidades, pero también es capaz de equivocarse por completo y cometer errores garrafales.
Una protagonista con carácter
A Engin Akyürek ya lo conocíamos, con lo que ya tenía bastante ganada a la audiencia, pero Tuba Büyüküstün ha sido todo un descubrimiento. A Elif Denizer la conocimos en el peor momento de su vida y ya entonces mostró que no era esa niña rica que las apariencias mostraban. Elif ha sido una mujer valiente, decidida y, en momentos un tanto osada de más.
A este personaje le pasa justo lo mismo que al capitán. Que sus muchísimas luces no impiden que veamos también sus sombras. Ha sido la locomotora que ha sacado adelante tanto a sus hermanas como a la empresa familiar, pero en más de una ocasión también ha descarrilado al poner en peligro todo eso que pretendía defender. Ha sido una de las protagonistas que más veces ha ido ella sola a meterse en la boca del lobo. ¿Cómo definir a Elif? ¿Osada o valiente? ¿Decidida o inconsciente? Pues probablemente al 50% o dependerá de la valoración personal de cada espectador.
Y eso es lo interesante de este personaje. Que lo que unos pueden considerar la mejor de las cualidades, otros pueden considerarlo el peor de los defectos. Lo cierto es que Elif Denizer no ha sido la damisela en apuros de las historias convencionales. No ha sido la princesa del cuento que espera sentada a que el príncipe venga a rescatarla. No. A Elif Denizer no le ha preocupado romperse las uñas peleando por aquello en lo que creía o por defender a quiénes quería.
Signorina Bonnie and Capitán Clyde
En cuanto a la relación entre Omar y Elif, ¿qué palabra la definiría mejor? Tal ver lo más adecuado sería recurrir a dos.
La primera sería compañerismo. El capitán y la signorina han sido como Bonnie and Clyde (Hussein, dixit) porque han sido grandes compañeros, aliados y cómplices en la búsqueda de la verdad. Dejando a un lado lo poco profesional de que una civil se involucrase en una investigación policial, han sido los mejores compañeros. Es más, sus peores momentos fueron cuando se ocultaban información porque esos secretos o mentiras siempre terminaban poniendo en peligro a uno u otra. De hecho, en las cuentas pendientes de esta serie ha quedado la entrada de Elif en la academia de policía. Tal vez Elif haya causado más de un dolor de cabeza al capitán Demir en el cumplimiento de su deber, pero también es cierto que, sin ella, tal vez no hubiera resuelto el caso más importante de su vida.
La segunda palabra sería pasión. Es imposible enumerar o describir todas las escenas románticas que han protagonizado Engin Akyürek y Tuba Büyüküstün. Y ya no digamos elegir la más apasionada. ¿Cuál sería? ¿La primera vez que el capitán la besa? ¿Su escapada romántica al balneario? ¿Su viaje a Roma? ¿Su reconciliación tras la no boda? ¿La cometa en la cárcel? Podría seguir haciendo preguntas muchas líneas más, pero seguro que cada una de las personas que han seguido esta historia desde el principio tiene su escena favorita.
Porque si algo nos ha dejado este romance es esa química que traspasaba la pantalla porque no hacía falta un guion que indicara que estaban enamorados. Cada escena compartida dejaba más que claro que el feeling que existía entre ambos.
Eso sí, esta historia también ha contado con la ventaja de que los terceros en discordia han sido parte del decorado. Ninguno de los aspirantes al corazón de los protagonistas llegó siquiera a conseguir que Omar o Elif se girasen a mirarlos.
Levent puso todo de su parte. Contó con la ayuda de grandes aliadas, jugó limpio y sucio a partes iguales, pero la sombra del capitán fue siempre demasiado alargada. En cuanto a Ipek, nunca ocultó que no le importaría regresar al pasado, pero justo es reconocer que nunca cruzó la línea que marcó Omar.
El mal en persona
Pero quien necesita terceros en discordia problemáticos cuando tiene como enemigos acérrimos al mal en persona. El gran problema de Omar y Elif nunca fueron sus sentimientos ni su relación. Su mayor dolor de cabeza fue conocerse en medio de una trama criminal que los unió, pero que también estuvo a punto de separarlos en más de una ocasión.
Si en el diccionario apareciese una foto al lado de concepto malvado, Tayar Dundar tendría muchos puntos para ocupar ese puesto. Ha sido el personaje más odiado, insultado, increpado de cuantos han participado en esta historia. No sólo porque fuese un delincuente sino porque, sobre todo, no tenía escrúpulos. Le daba igual utilizar a estudiantes para su trapicheos como mercadear con órganos de niños. ¿Alguien ha sido capaz de contabilizar la cantidad de delitos que ha cometido? Porque prácticamente ha agotado él solo el Código Penal.
Sin embargo ha habido otros personajes que han sido aún peores. La primera la aparentemente respetable Tía Nedret. Apareció un día de la nada como la gran protectora y salvadora de las hermanas Denizer y desde el principio quedó clara que su inmensa sonrisa era una gran máscara. Juraba y perjuraba que quería lo mejor para sus sobrinas, pero sus hechos decían siempre lo contrario.
Eso sí, el ranking de personaje más despreciable lo encabeza Husein Demir. ¿Por qué ocupa esta posición el hermano de Omar? Porque fue suya la mayor traición, la mayor mentira, el mayor daño. Porque fue Husein quien destrozó las vidas de Omar y Elif. Porque fue Husein quien impidió una y otra vez que la verdad saliese a la luz. Porque fue Husein el que bendecía a la pareja a la vez que sembraba dudas en cada uno de ellos sobre los sentimientos del otro. Porque fue Husein el que salió corriendo al verse descubierto. Porque fue Husein quien, habiéndolo perdido ya todo, volvió a fallarle a su hermano en el juicio de Tayar. Fue tanto el daño que causó que ni siquiera su última acción consigue que podamos olvidar que fue uno de los grandes villanos de esta historia. Y, desde luego, nunca olvidaremos la intensidad de las escenas protagonizadas por Engin Akyürek y Burak Tamdogam.
El personaje indescifrable
Hay muchos otros personajes que merecerían un análisis completo y detallado. La envidia insana de Bahar. La amistad a la enésima potencia de Ardá y Pelin. La absoluta generosidad de Elvan. La loca complicidad de Asli con Colombo. La inestabilidad emocional de Nilufer.
Pero quien, sin duda, merece ser mencionado y aplaudido es el interpretado por Saygin Soisal porque el personaje de Metim-Fatih ha sido un misterio de principio a fin. Es más, ya finalizada la serie aún es complicado definirlo. ¿Quién era en realidad? ¿Cuál era la personalidad dominante? ¿El malvado Metim que aspiraba a heredar el trono de su padre como gran capo de la mafia turca? ¿El Fatih que aspira a ser un hombre decente para vivir en familia con Nilufer? ¿El Fatih que ayuda a su cuñado? ¿El Metim que permite que su cuñada esté en la cárcel por un delito inexistente?
Sea cual fuere el real, lo cierto es que ha sido un personaje perfectamente diseñado en el sentido de que nos ha tenido alerta en todos y cada uno de los capítulos que ha participado. Sabíamos perfectamente cómo iban a actuar tanto Omar como Tayar, pero Metim-Fatih era la duda constante. Nunca sabíamos si era aliado o enemigo, si decía la verdad o mentía, si buscaba ayudar a los demás o solo a sí mismo.
En definitiva, ‘Amor de contrabando’ ha conseguido que día a día nos sentáramos ante la televisión por una doble razón. Seguir los pasos de la signorina y el capitán en su particular lucha contra la mafia y, al mismo tiempo, ser testigos de un intenso romance. Al final, Omar y Elif “lo consiguieron”, tal y como gritó Asli, pero también consiguieron algo más. Confirmar que las telenovelas turcas gustan, y mucho, en España.
